martes, 11 de septiembre de 2012

Infinite Love~ Capitulo 18


Austrid y Bruno estuvieron dando una vuelta antes de ir a casa del chico. Entraron y fueron a su habitación. Austrid se tumbó en la cama.
-Ahora solo falta esperar a que Helena cuente el rumor.
-Deja de culparla, que me voy a enfadar otra vez, estoy cansada de que la culpes.
-La culpo porque creo que es ella. Y si te enfadas, tengo el remedio para quitarte el enfado.- dijo Bruno sonriendo.
-Pues si me enfado, intentaré que ese remedio no tenga resultados.- dijo Austrid con media sonrisa.
-¿Intentarás?
-Intentaré.
-¿Y no me vas a decir cuál es el rumor?
-No.
-Por favor.
-No.
-¿No te fías de mi?
-No.
-Me ofendes.
-¿Te puedo pedir un favor?
-Supongo.
-¿Supones?
-Supongo.
-Pues no te lo pido.
-Pídemelo.
-Bésame y calla, tonto.
Bruno se acercó a Austrid y la besó despacio. Un beso intenso, romántico. Duró varios segundos. Segundos que no tenían fin.
**
Llegaron a casa de Marina y esta abrió la puerta.
-Quiero que mañana vengas a mi casa.
-¿A tu casa? Nos verán tus padres.
-Esa es la idea. Quiero que los conozcas.
-Pero... ¿les caeré bien?
-¿Es eso lo que te preocupa? Tranquila, seguro que les caes fenomenal. El problema no es ese, el problema es que no sé como van a actuar tus padres al saber que soy tu novio.
-No tienen por qué enterarse.
-Al final se enterarán.
-Lo sé. Bueno, seguro que les caes bien.
-Esperemos.
-Esperemos.
Los dos sonrien.
-Oye... ¿por qué yo nunca te he visto por el pueblo?
-Ni idea. Yo a ti si te he visto.
-¿Dónde?
-En el instituto.
-Pues yo a ti no. Nunca había visto a Pilar, a tu hermano, a Fernando...
-Yo a ti te veía todos los días. Además Luis no paraba de hablar de ti.
-¿Y qué decía?
-Que eras preciosa, perfecta. Y siempre estaba preguntándonos si pensábamos lo mismo que él. Por supuesto, nosotros decíamos que eras guapa, para no enfadarlo. Aunque yo lo pensaba de verdad. Luis decía que tú no formabas parte de las presumidas, que tú eras más natural.
-Oh, sabía que en tercero estaba enamorado de mi, pero pensaba que ya no, porque como estuvo saliendo con Marta y todo eso...
-Él estuvo saliendo con Marta para ver si te olvidaba, porque pensó que una chica como tú nunca saldría con él. Pero no lo consiguió. Y desde entonces el que empezó a pensar en ti fui yo. Y cuando por fin te conocí en la playa, me gustaste más aún.
Marina abrazó a Daniel.
Daniel sonrió, la cogió en brazos y la llevó a su habitación. La dejó tumbada.
-Ven, túmbate a mi lado.
Daniel se tumbó a su lado y le acarició el pelo.
-Me tengo que ir. Por cierto... ¿quién es esa Inma que viene dentro de tres días?
-Es mi mejor amiga. Está en Inglaterra con sus abuelos.
-¿Irás a recogerla?
-Sí, será una sorpresa.
-Bonita sorpresa.- sonrió.- ¿Qué día es hoy? ¿Viernes?
Marina hizo mentalmente las cuentas.
-Sí.
-Viene el domingo.
-Ajá.
-¿Vendrás a mi casa mañana?
-Si me invitas sí, claro.
-Bueno, me voy. Vendré mañana a recogerte a las 1:00. Comerás allí, ¿vale? Te enseñaré mi casa. Y a mi familia.
-Bueno, a Bruno ya lo conozco. Conoceré a tus padres.
Daniel soltó una carcajada.
-¿Qué?- dijo Marina, sin enterarse de nada.
-No solo conocerás a mis padres. Bueno, adiós. Te quiero.
Daniel se acercó a Marina y le besó los labios levemente mientras le acariciaba el pelo por última vez. Salió de la habitación, bajó las escaleras, y a los pocos segundos, se oyó la puerta de la calle.
¿Qué habría querido decir con eso? Marina esa noche se esforzó en dormir, ya que le esperaba un día de sorpresas.

viernes, 31 de agosto de 2012

Infinite Love~ Capitulo 17


Le veía el miedo en los ojos. Le di la mano. Después de pagar fuimos a recoger los patines. Cuando llegamos a la taquilla donde te los daban, vimos que la persona encargada era la misma chica que un día antes encontró mi anillo en el barco.
-¡Hola!-nos dijo sonriendo.- ¿Vosotros por aquí?
-Sí, hemos venido a ver qué tal se nos da lo de patinar. ¿Y tú que haces aquí?
-Mi madre se ocupa de esto.
-¿No se ocupaba de los barcos?
-Mi padre se ocupa de los barcos y mi madre de esto. ¿Es la primera vez que venís a patinar?
-Sí, y espero que sea la última porque no creo que salga vivo.- contestó Daniel.
La chica soltó una carcajada.
-Me llamo Fátima, encantada.
-Yo soy Marina y él es Daniel.
-Si queréis os puedo ayudar, llevo muchos años ayudando a mi madre con esto y tengo mucha práctica.
-Sí, por favor.- rogó Daniel.
-Tranquilo, no es tan difícil.
A pesar de las tranquilizadoras palabras de Fátima, no vi a Daniel muy convencido.


**
Estaba tumbado en mi cama. El corazón me dio un vuelco cuando me enteré de que Daniel y Marina estaban juntos. ¡Si se acababan de conocer! Los dos la conocimos el mismo día, en el mismo instante. ¿Qué tenía Daniel que no tuviera yo? Supongo que todo. Pensándolo bien, todos los chicos tenían algo que yo no tenía. Marina me gustaba de verdad. ¿O era un simple capricho? No sé. Cuando la vi en la playa, con sus preciosos ojos y su perfecta sonrisa, una esperanza me llenó. Era preciosa. Y después, en casa de Luis, cuando me abrió la puerta de tan buen humor gastando bromas, tuve más esperanzas. Más tarde, al verla en bikini... ¡Uf! ¿Por qué la vida es tan dura? Todo lo mejor se lo llevaban los demás. Todas las chicas del instituto estaban enamoradas de Daniel. Seguramente por su físico. Y de todas, él eligió a Marina. Era obvio que yo no era el único que en este momento no estaba muy conforme con la nueva pareja.




**
-Entonces... ¿se lo has dicho?
-Sí.
-¿Y qué ha dicho?
-Nada, sólo ha dicho que se tenía que ir.
-Seguramente se fue a contárselo a las demás.
-No lo sabes.
-Intuición masculina.
Me giré y fingí estar enfadada. Me divertía. Bruno me cogió la barbilla, me giró la cabeza. Nuestras caras estaban a pocos centímetros. Entonces me besó y le devolví el beso.
-¡Ah! Ya no estás enfadada, ¿no?
-Pues no.
-Se te pasan a ti muy rápido los enfados, ¿no?
-Cuando estoy contigo sí.
Le sonreí, me devolvió la sonrisa. Le besé, me devolvió el beso.


**


Salimos de allí entre risas.
-Cariño... ¿cuántas veces te has caído?- me preguntó Daniel.
-No sé... he perdido la cuenta.
-Al menos yo no me he caído.
-Normal, Fátima no te soltó en ningún momento.
Fuimos caminando de la mano sin rumbo.
-¿Adónde quieres ir?- me preguntó.
-Adónde tú quieras. Sólo quiero estar contigo.
Me sujetó por la cintura me besó en la cabeza. De repente, sonó mi móvil. Miré la pantalla. “Mamá”.
-Lo tengo que coger.
-Cógelo, cariño.


-Llamada telefónica-


-Hola, mamá.
-Hola, cielo. Siento no haberte llamado antes. No he tenido tiempo, el abuelo ha empeorado.
-No pasa nada.
-¿Te aburres? Todavía Inma no ha vuelto, ¿no?
-Sí, me aburro mucho. Inma vuelve dentro de 3 días.
-No te pasas todo el día en casa, ¿no?
-No, salgo a la playa y eso. Aunque no mucho.
-Hija, quiero que salgas, que te diviertas.
-¿Pero con quién?
-No sé... con Luis y sus amigos.
-Mamá, no sé... bueno, a ver que haré.
-Lo siento, tengo que colgar, que viene el médico para decirnos cómo está el abuelo.
-¿Está en el hospital?
-Sí...
-Bueno, te dejo. Espero que se mejore. Da un beso a todos de mi parte.
-Vale, cielo. Te quiero.
-Te quiero.


Colgué y miré a Daniel, que también me miraba sonriendo.
-Te aburres mucho, ¿no?
-Claro.
Se acercó a mi, me pasó la mano por la cintura y me besó en los labios.
-No quiero que sepa que tengo novio.
-Lo entiendo.
-Gracias. ¿Vamos a mi casa?
-A donde tu quieras.
Y de la mano, la pareja fue hacia la casa de Marina.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Infinite Love~ Capitulo 16

Miré el reloj. Habían pasado cinco minutos de la hora. Marina nunca llegaba tarde. La esperé mirando a los niños que jugaban en el parque. Pasaron otros cinco minutos. De repente sentí unos brazos que rodeaban mi cuello por detrás. Giré la cabeza y me encontré con los labios de Marina, que me besaban.
-¿Vamos?- me dijo Marina.
Me cogió de la mano y me levantó del banco. Marina estaba agarrada a mí. Olía a vainilla.
-¿Pero adónde me llevas?- le pregunté.
-¡Es una sorpresa!
Suspiré sonriendo.
**
Mientras, en casa de Pilar...
-¿Pero cómo va a ser eso?
-Pues es lo que me ha dicho.
-Esa información está muy bien, pero me interesa más la de Marina y Daniel.
-¿Todavía le quieres?
-¡Qué dices! Bueno, venga, a buscar información. Y después me la dices, ¿eh?
-Sí, pero no le cuentes a nadie lo de Austrid y Bruno.
-Que sí, no te preocupes.
Helena se fue y yo me quedé pensando en mi cama.
¡Maldita Helena! Toda la mañana esperando y la única información que me trae es de Austrid y Bruno. Al parecer habían cortado. ¡¿Pero a mí que me importaba?! Yo quería saber de Marina y Daniel. Era obvio que no seguía enamorada de Daniel, pero... ¿en algún momento lo había estado? No. Y no lo estaba ahora. Pero necesitaba saber cómo iba con Marina. Quería saber si de verdad lo hacía por amor o para darme celos. Desde que cortamos no paraba de pensar en Daniel, lo que no entendía era el por qué. Por más que me convencía de que no estaba enamorada de Daniel, todavía tenía mis dudas. No podía negar que Daniel era guapísimo, tenía unos ojos azules y una sonrisa preciosa. Y eso sin contar con su cuerpo. Daniel era... apetecible. Pero eso no significaba nada, ya que todas pensaban lo mismo de él. Tenía que ir a hablar con Daniel. Le diría que me arrepentía y que fue un error cortar con él. Si me iba a creer no lo sabía, pero seguro que se volvía a pensar lo de volver conmigo.
**
Estuve sonriendo hasta que vi a donde habíamos llegado.
-Yo no sé si...
-¡Que sí, hombre!
-Bueno... si tu sabes y me ayudas...
-No, si yo tampoco sé.- me dijo sonriendo.
No me podía creer que me hubiera llevado a patinar sobre hielo. No estaba muy seguro, pero me cogió la mano y entramos. Fuimos a pagar. Marina sacó un monedero y pagó.
-¿Por qué has pagado tú? Yo tenía dinero.
-Tú has pagado la comida y yo esto.- dijo sonriéndome. No podía negarlo, me encantaba.
**
Estaba sumergida en el libro, era mi preferido. Esta era la cuarta vez que me lo leía. Me levanté a pedir un café porque estaba cansada de esperar a Bruno. En la barra había un chico muy mono con el pelo oscuro y los ojos color miel. Le pedí un café, cuando me lo sirvió me sonrió. Tenía una sonrisa verdaderamente bonita.
-Gracias... - miré el cartel en el que ponía su nombre – Álex.
-De nada. Pero tienes ventaja, tu sabes mi nombre.
-Austrid.
-Encantado.
-Lo mismo digo.
Me dirigí a mi mesa con el café quemándome la mano. Fui acelerando el paso porque cada vez quemaba más. Dejé el vaso de plástico en la mesa y me senté. Antes de volver a mi libro, le soplé al café. Di un sorbo rápido para no quemarme la lengua. Tenía que echarle azúcar. Me levanté y fui hacia la barra. Álex me sonrió cuando me vió otra vez allí.
-¿Me podrías dar un sobre de azúcar, por favor?- le pedí con una sonrisa.
-¡Claro!
Abrió un cajón y sacó un paquete de azúcar.
-Toma.
-Muchas gracias.- dije.
Fui otra vez hacia mi mesa. Me senté y le eché al café el sobre entero. Lo removí con una cucharilla de plástico que casi no sobresalía del vaso. Mientras lo removía, vi a Bruno en la puerta de la cafetería, mirando a un lado y al otro, buscándome con la mirada. Cuando me vio, empezó a caminar hacia mi. Miré el reloj. ¿Cómo había tardado tanto?
-Hola, cariño.- le dije cuando se sentó a mi lado.
-Hola.
-¿Cómo te has retrasado tanto? Ya me pensaba que no venías.
-Lo siento. Es que fui a casa de un amigo y me entretuve más de lo pensado.
-Ah, no pasa nada. Ya he pedido un café, porque no sabía si venías o al final no. ¿Quieres algo?
-No me apetece. Tal vez más tarde.
 

domingo, 26 de agosto de 2012

Infinite Love~ Capitulo 15


Mientras tanto, Marina y Daniel se dirigían al restaurante de la mano. Marina seguía en ascuas hasta que se encontraron frente un restaurante italiano.
-¡Hola Louis!
-¡Daniel!Cuánto tiempo.
-¿Tienes una mesa para dos?
-Por supuesto, seguidme.
Entraron en un restaurante precioso, aunque no muy grande, pero acogedor.
-¿Qué vais a querer?- preguntó Louis haciendo de camarero.
-¿Y desde cuando el chef se ocupa de los clientes?
-Servicio especial.- dijo Louis sonriendo.
-Bueno, pues... ¿tú que quieres, Marina? Louis, esta es Marina, mi novia.
-Encantado.- dijo Louis dándole dos besos a la chica.
-Lo mismo digo.- le contestó ella sonriendo.
-Bueno,-dijo Daniel- yo quiero espaguetis, ¿y tú Marina?
-Lo mismo.
-Enseguida lo traigo.
Cuando acabaron de comer tenían toda la cara manchada.
-¿Beso de tomate?- preguntó Marina.
-Beso de tomate- afirmó Daniel sonriendo.
Se besaron entre risas y cada uno limpió la cara del otro. Se despidieron y Marina dijo:
-A las cinco en el parque. Tengo una sorpresa.
-¿Me la vas a decir?
-No.
-No sé si podré aguantar.
-Pues tendrás que hacerlo.- dijo Marina sonriendo.
Cada uno se dirigió a su casa.
**
A la misma vez, dos chicas hablaban en un banco del parque. Austrid había quedado con Helena para llevar a cabo su plan.
-¿Sabes? Bruno y yo lo hemos dejado.
-¡¿Lo habéis dejado?!
-Pues sí. Pero no se lo cuentes a nadie. ¿Vale?
-No, claro que no.
¿Lo diría de verdad? Austrid no lo sabía, pero esperaba que no. Helena siempre la había apoyado y, aunque Bruno le había dicho que Helena contaba sus secretos, ella no quería creerlo. Pues sí, era la mejor amiga de Pilar, ¿y qué? Que fuera amiga de la ex de Daniel no significaba nada.
-Me voy.- dijo de repente Helena.
-¿Tan pronto?
-Es que... tengo cosas que hacer.
-Pero si llevas conmigo diez minutos.
-Lo siento.- dijo levantándose.
Helena echó a andar. No me podía creer que me dejara plantada. ¿Para eso había venido? Ya que estaba allí, entré a una cafetería que había enfrente del parque. Después de entrar, subí a la planta de arriba y me senté en un sillón. Llamé a Bruno.
-¿Cariño? Soy Austrid. Estoy en la cafetería de enfrente del parque. ¿Vienes? No, Helena se ha ido. ¿No puedes? ¿Diez minutos? Encima me haces esperar... Bueno, un beso. Te quiero.- metí el móvil en un bolsillo del bolso y saqué un libro que llevaba siempre. Empecé a leerlo.

viernes, 24 de agosto de 2012

Infinite Love~ Capitulo 14


Capitulo 14:
Al otro lado del pueblo el amor de dos jóvenes seguía su ritmo. Desde susurros hasta caricias. Desde abrazos hasta besos. Desde un “Te quiero” hasta un “Te amo”.
-Vámonos.- le dije a Daniel.
-¿Adónde?
-A cualquier sitio.
-Te invito a comer. ¿Estás de acuerdo?
Me lo pensé.
-Estoy de acuerdo en todo menos en la parte de pagar. Pago yo.
-Ni hablar.
-Bueno, vale.- dije con una sonrisa.
-¿Me dejas pagar? Con lo cabezota que eres me extraña que me dejes pagar tan fácilmente. Algo estarás tramando.
Le sonreí.
-Oye... ¿por qué no vamos al restaurante ese nuevo que...?
-Para nada.- me interrumpió.- Lo elijo yo.
-¿Y entonces a cuál me vas a llevar?
-Es una sorpresa.
-No sé si aguantaré.
-Pues tendrás que hacerlo.


Y de un amor a otro.
Austrid estaba en la casa de Bruno. Austrid era la primera novia de él y viceversa. Ninguno sabía cómo comportarse con el otro, sólo se dejaban llevar. Austrid era guapa. Bruno la amaba. Con todas sus fuerzas.
-El otro día me dijeron que qué suerte tener a Marina como cuñada. Yo no sé cómo lo sabrían...- dijo Bruno con tono irónico.
-¿Me estás diciendo que lo he ido contando por ahí?
-No, digo que se lo dijiste a Helena, y decírselo a Helena es como decírselo a todo el mundo. Y te recuerdo que es la mejor amiga de Pilar, la ex de mi hermano.
-¿Y qué si se lo dije? Yo confío en ella, no ha podido ser Helena la que lo ha publicado por ahí.
-¿Y por qué no?
-Pues... ¡Porque no!
-Pues para mí está claro que ha sido ella, porque ni mi hermano, ni Marina ni yo teníamos intención de decirlo todavía.
-Pues yo estoy segura de que Helena no ha sido.
-Bueno, vamos a hacer una cosa: tú le cuentas un secreto falso y si la gente lo sabe está claro que es ella.
-Vale, pensaré algo y sólo se lo diré a ella, a nadie más.
-¿Ni a mi?
-Ni a ti. ¿Y si lo dices por ahí y culpas a Helena? Bueno, me voy que se me hace tarde.
Bruno se acercó a ella para besarle los labios en forma de despedida, pero Austrid le dio dos besos en la cara. La chica empezó a dirigirse hacia la puerta, pero Bruno la cogió de un brazo, Austrid se dio la vuelta y se besaron.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Infinite Love~ Capitulo 13

Frente a mí estaba el chico más mono del mundo con un ramo de rosas. Daniel tenía pintada una sonrisa en la cara. Mientras, al otro lado de la puerta, Daniel pensaba que hoy Marina estaba guapísima. Era preciosa. Tenía sus rizos más bonitos que nunca. A pesar de estar en pijama, estaba muy guapa. “Espero que le gusten después de todo”, pensaba. El chico había tenido que recorrer el pueblo entero. Después de ir a su floristería preferida y ver que estaba cerrada, tuvo que ir a la otra, a pesar de que no le hacía mucha ilusión. Fue lo más rápido que pudo, pero aún así llegó mucho más tarde de la hora a la que pensaba llegar. Ese día se vistió muy elegante sólo para llevarle el ramo, ya que no tenía pensado llevarla a ningún sitio, aunque esa opción también la tenía en cuenta. Marina se puso de puntillas y besó a Daniel.
-Siéntate en el sofá y espérame, enseguida bajo.
Salió corriendo escaleras arriba dejando a Daniel confuso. El chico hizo lo que le habían mandado y esperó en el sofá. A los diez minutos bajó Marina con un vestido blanco turquesa. “Tengo suerte de haber conocido a una chica como ella...”, pensaba Daniel. Nada más verla, Daniel se levantó del sofá y fue hacia ella. Marina se quedó quieta en su sitio y se quedó mirando los ojos de Daniel mientras se acercaba a ella. Cuando Daniel estuvo lo suficientemente cerca, le pasó el brazo por la cintura y le besó en la frente. Después le entregó el ramo.
-Feliz San Valentín.
-¿En julio?
-Para mí cada día que estoy contigo lo es.
Se besaron.
Pincha aquí para ver esta foto.
En otra parte del pueblo...
No podía creerme que Daniel pasara de mí. Le había llamado muchísimas veces y ya ni me coge el teléfono. Me aparté un rizo pelirrojo de la cara. ¿Todavía le quería? No lo sabía, pero lo quería para mí. ¿Por qué él no era como los demás? Todos los chicos de mi instituto estaban colados por mí, Daniel era el único que no. Aunque bueno, el chico moreno de las gafas también quería a Marina. Luis, me parecía que se llamaba. Aunque tal vez Daniel estuviera saliendo con ella solamente para darme celos. ¿Era capaz? No, no creo que le pidiera salir a Marina sólo para darme celos. No sería capaz de hacerme eso. Ni tampoco a Marina. Ya la habrá enamorado completamente. Yo sabía perfectamente como era Daniel. Y encima, si no llega a ser por mi mejor amiga Helena, ni me entero de que mi ex tiene novia. Se entera de todo. Como es amiga de Austrid desde que se vino a vivir aquí, pues esta le cuenta muchos secretos y ella me los cuenta a mí. Despiadado, pero eficaz.
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Infinite Love~ Capitulo 12

Estuvimos en el sofá hasta las once. No quería que Daniel se fuera así que intenté que no se notara todo el sueño que tenía. Pero el sueño me ganó y me quedé dormida. Me desperté a las 5:00 de la madrugada en mi cama. Daniel me había llevado a mi cama y se había ido sin despertarme. Era un encanto. Me volví a dormir. Esa noche hizo frío y me tuve que tapar con una sábana. Me desperté a las 8:00 y bajé a desayunar todavía dormida. Desayuné unos cereales con leche. Llamaron al timbre. Fui corriendo porque creía que era Daniel. Abrí la puerta y me encontré con mi prima Sara. Traía una bolsa llena de comida.
-¡Sara!- dije abrazandola.
-¡Hola, Marina! Te traigo esto.
-¿Comida?
-Sí, mi madre me ha dicho que te la traiga. Tu madre le dijo a la mía que se iba y que te trajera comida y después se la pagaba.
-Pues muchas gracias, aunque en realidad no he gastado nada prácticamente.
-Bueno, yo te lo dejo aquí y ya está.
-Vale.- le dije sonriendo.
-Bueno, adiós.
-¿Ya te vas?
-Sí.
Sara se fue y yo empecé a guardar la comida en su sitio. Tuve problemas para meter toda la comida en el frigorífico, así que la metí como pude, toda apretada. Al parecer mi madre iba a tener razón y yo era un desastre. Me reí al recordar las palabras que siempre me decía mi madre. En ese momento me acordé de otras palabras mucho más recientes que me dijo mi madre: “Recuerda que tienes que ocuparte de la casa”. Perfecto, mi madre me manda que me ocupe de la casa y yo estoy todo el día fuera. Era el momento de ponerme a limpiar, mis padres podían llegar cualquier día. Me terminé los cereales, metí el cuenco en el lavavajillas y los cereales en el mueble que había al lado del frigorífico. Fui a coger el cepillo para barrer. Barrí toda la parte de arriba y ordené mi cuarto, que estaba todo desordenado con ropa por todas partes: en el suelo, en el escritorio, en la cama... en todos sitios menos en el armario. Lo hice deprisa, no quería pasarme toda la mañana liada con la limpieza. Cuando terminé de barrer, fregué el cuarto de mis padres, mi cuarto, los dos cuartos de baño. Todo fregado. Cuando ya estaba en la parte de abajo, la barrí y también la fregué. Puse el lavavajillas y tiré la bolsa de la basura al contenedor que había antes de llegar a la playa. “¡Mierda! Todavía tengo puesto el pijama.” Yo, como siempre, tan tonta y despistada. Y estaba todo fregado. Me tumbé en el sofá y me conecté al tuenti desde el móvil. Había bastante gente conectada. Estaba conectada Paula, una de las chicas que estaban en la playa el día que conocí a Daniel y a Fernando. Le saludé con un “Hola” no muy entusiasmado, ya que ella tampoco me había saludado ni una vez desde que me mandó una petición. Ella me respondió con un “Holaaa” que a simple vista me parecía simpático pero que nunca podría saber con qué estado de ánimo me lo decía. Me sorprendió que me dijera a continuación un “¿Qué tal?”, a lo que yo le respondí con un “Bien, ¿y tú?”. Estuvo un buen rato sin contestar, lo que no me causó mucha sorpresa, pues yo ya sabía que esa extraña simpatía no duraría mucho. Estuve mirando las fotos de Daniel. “Marina, espero que sea simple aburrimiento.” me decía el corazón. ¡Pues claro que era simple aburrimiento! ¿O lo estaría controlando? En una foto vi a Daniel con otra chica, la foto era de hacía tiempo. Meses, mejor dicho. Pensé que sería Pilar. Se veía guapa. Era pelirroja y tenía los ojos oscuros. Era realmente guapa. A simple vista se veía que era una rompecorazones. Muchos estarían enamorados de ella en estos momentos. La cuestión era que yo nunca la había visto en mi instituto. Nunca había visto a Daniel, Pilar o Bruno. Sim embargo, a Laura, Paula y Carmen las había visto alguna que otra vez en el patio del instituto. Ninguna palabra, solo miradas y pensamientos. Siempre había pensado que eran una chicas presumidas, típico en mi instituto, pero cuando las conocí aquella noche me di cuenta de lo equivocada que estaba. Aquellas chicas que me parecían presumidas acabaron por ser las chicas más normales de mi instituto. No formaban parte de las pijas, ni de las presumidas, ni de las de “¡Me he roto una uña!”. Ellas eran más bien de las que preferían llevar una gorra antes que llevar pestañas postizas. Aquello era raro en mi instituto. Muy pocas renunciarían a los tacones, los pintalabios, los coloretes y todas esas cosas que hacían que las caras de las chicas parecieran un libro para colorear. De repente el ruido de una notificación de tuenti me sacó de mis pensamientos. “Estoy bien. Me he enterado de que estás saliendo con Daniel.” Esa fue la respuesta de Paula. Era increíble lo rápido que corrían los cotilleos en ese pueblo. ¿Quién lo sabía? Inma, Austrid y Bruno. Estaba segura de que si Paula lo sabía, lo sabría ya todo el mundo. Bueno, que se enterase todo el mundo, qué mas da. Ya me imaginaba la frase que le diría a alguna pija cuando me preguntara si estaba con Daniel: Pues sí, y si la envidia te mata, jódete niñata. Punto final. Para algo bueno que tenía, presumiría. Llamaron al timbre. Fui descalza hasta la puerta para no manchar más el suelo. Cuando abrí la puerta, me sorprendí por lo que acaba de ver. Sería una imaginación. Pero no lo era.